Pocos lo conocen por Antonio o por Rolando y muchos por “El Biónico”, algunos menos por “El Pesao”, los motes con que la gente lo ha bautizado a lo largo de una vida vendiendo periódicos.
Aunque nació en San Francisco de Macorís, –de donde es oriunda su madre–es en Puerto Plata, origen de su padre, donde ha pasado la mayor parte de su vida, casi toda dedicada a una labor que parece de esas que están en vías de extinción: la del pregonero o canillita que recorre las calles vendiendo periódicos.
Durante casi 37 años, Fabián ha andado y desandado las calles del centro de Puerto Plata, anunciando la llegada de los periódicos impresos, cuando siendo un jovencito se interesó por hacer esa tarea y ganar algún dinerito, con el cual ayudarse y también a su familia. Los límites se los ha impuesto él mismo, el malecón, la calle 27 de febrero hacia arriba y el resto de la zona céntrica.
Todo inició cuando veía a los muchachos de su edad vendiendo periódicos y se le ocurrió que podía hacer lo mismo a fin de ganar dinero. Entonces un amigo lo puso en contacto con el periodista Félix Sosa Lantigua, quien además de corresponsal, era el responsable de la distribución del desaparecido vespertino La Noticia, que le dio la oportunidad de vender ese periódico, incorporando luego el también desaparecido Última Hora, El Nacional, el Listín Diario y el Hoy.